"Y sin equívocos de vodevil ni alertas rojas en el corazón el dios de la tormenta quiso abrir la caja de los truenos y tronó"
De las cenas de "como hace tiempo" y las sonrisas de "no, no hace tanto".
Noches dormidas de sillón extraño, a golpe de tormenta y hierbabuena.
Camas para charlar, césped del que se escucha y caricias contadas con cuentagotas.
Hacía tiempo, un sol que derretía la cera de las ventanas y unos cuantos pares de ojos claros.
Yogur de temporada, litros de historias de esas que se sueñan.
Silvio en la hierba.
Ambo en la cabeza.
Flavio-dulzura.
Deneb y Pabs en la habitación y ella sobre las sábanas.
Quizás no consista en abrir los ojos.
Quizás no forme parte de la espera.
Quizás.
En cualquier caso, Viena aguarda.
Ruiz.B.
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