"Porque has vuelto los misterios del revés, y tus enigmas, lo que nunca entenderás, son esas cosas tan claras..."
Como la noche, blanca, blanca, blanca, invadiendo las horas de lo absurdo.
Del amor y el recuerdo, el limón, tan amargo, y la tarde, tan dulce.
Y las manos - tan cálidas - que al asir suavemente la cima y la sorpresa apenas separaron partículas del aire - entre tu cuerpo leve y el mío, abandonado.
Incendiada en el aire la negación en vilo ¡como siente el fracaso la fuerza de tu ausencia!
Distancia - más que ausencia - que al traspasar sumerges en tu mundo posible.
De tu estío, tu cielo, tu dulzura, tu carne.
Ruiz. B
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