Equilibrios olímpicos...y no. Vaya, sólo equilibrios. Pero bueno, está bien. Más o menos. Más más que menos.
Mirar lo invisible
La tarde me está ofreciendo en la palma de su mano, hecha de agosto y de niebla, vagos mundos desmedidos, de esos que yo antes soñaba, que hoy ya no quiero.
Y cerraría los ojos para no verlo.
Si no los cierro, no es por lo que veo.
Por un mundo sospechado, por lo que no puedo ver llevo los ojos abiertos.
Pedro Salinas
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