Cambios. Parte I.
Caminaba de noche. Y se marchaba lejos. Cuando ya no se sentía el ruido del mundo paraba a descansar. Pensaba entonces en sus manos. Sus manos de recibimiento tibio y lento que nunca tenían prisa en llegar al descanso. Y la paz fue porque ellas estaban. Su cuerpo rápido de animal salvaje. Su boca confusa. Su blando corazón.
Silvio le contó dulcemente cómo le había besado. Sobre la hierba, con zapatos rojos. Ella escuchaba, temerosa, confundida. Había sido muy rápido - pensó - todo el asunto de Silvio. Aquel año, los exámenes, las dudas, Silvio, los juguetes de papel y la llegada repentina de Ambrosio habían supuesto un choque muy importante. Y ella tenía que asimilarlo, y eso intentaba.
Pero no podía hacerlo allí, sobre la hierba una vez más, mientras Silvio frente a ella le hablaba de cómo había ocurrido lo que jamás se le habría ocurrido imaginar.
Ruiz. B.
"Apenas sabrás quien soy,
y lo que quiero decir.
No desfallezcas si no me encuentras pronto.
Si no estoy en un lugar, búscame en otro.
En algún lugar te estaré esperando. "
Walt Whitman
No hay comentarios:
Publicar un comentario