Vamos a asaltar el azul. Dejemos que estallen los jardines y las sombras y nos cubran de arena. Vamos a dejar de ejercer esta tristeza y a dejarnos las uñas. Venga, seamos solo mar y ternura. Hagamos que la luz borre los ojos de todas las paredes. Seamos ciertos. Hagámonos cobardes, que se escondan el verde y la ceniza. Estallemos de libro y de abanico y perdamos la calma. Perdámonos en cada esquina, destrocemos los mapas. Vamos, por fin, a ser espuma. Espumémonos, pues. Cerrémonos de fuego, apretemos las horas y el paisaje, quejémonos. Recordemos, sin miedo, arranquemos los labios del carmín y echemos sobre ellos algo más que palabras. Estudiemos el frío. Cocinemos las flores bajo el agua. Vamos a inventarnos marcas bajo la piel. Corramos, llega el día. Alcancemos el final. Acariciemos las hojas, el brillo del cristal y el hueco negro. Explotemos la risa. Defendamos la risa. No olvidemos la risa, ni la historia.
Ruiz. B.
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